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lunes, 20 de julio de 2009

Zelaya llama a la rebelión civil

Fracasada la mediación por la crisis en Honduras, el presidente depuesto de ese país, Manuel Zelaya, llamó a la «insurrección» y a la «desobediencia civil» y anunció que regresará para asumir su cargo el próximo fin de semana. En tanto, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, hizo un dramático pedido de más tiempo a la mediación para evitar una guerra civil en Honduras. Pero es difícil que Zelaya acepte. «A partir de ahora comenzamos a organizar la resistencia interna para mi retorno», prometió desde Nicaragua al conocer el resultado de la infructuosa gestión.
Sus seguidores, organizados en torno al Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, convocaron a una huelga general para el jueves y viernes próximos con apoyo de organizaciones sindicales y sociales, y desde ayer comenzaron a manifestarse frente a la sede del Congreso. Los manifestantes planean ocupar edificios públicos, bloquear carreteras y puentes. La policía arrestó a 11 nicaraguenses que participaban de las protestas.
La posición de Zelaya se endureció tras dos jornadas de discusiones en Costa Rica para buscar un acuerdo con los golpistas. La reunión fue convocada por Arias, propuesto como mediador por el Departamento de Estado de Estados Unidos y aceptado por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza. El portavoz de la cancillería estadounidense, Robert Wood, sostuvo que las reuniones «lograron progresos significativos» y pidió que continúen.
Arias planteó una hoja de ruta de siete puntos. El primero era la restitución de Zelaya en la presidencia el viernes 28, el más polémico. El presidente destituido el 28 de junio dijo que aceptaría esa fecha para su regreso, pero la delegación del gobierno de facto rechazó de plano la restitución. Los demás puntos proponían una amnistía, el compromiso de Zelaya de no reformar la constitución y el adelantamiento de las elecciones generales de noviembre a octubre, entre otros asuntos. Pero no se llegaron a discutir a fondo porque no hubo acuerdo con el primero.
Sin acuerdo
«Me veo en la necesidad de expresar con todo respeto a nuestro mediador, el presidente Arias, que lo sentimos mucho pero las propuestas que usted nos ha presentado resultan inaceptables para el gobierno que represento, en particular el punto número uno», dijo el canciller del gobierno de facto, Carlos López Contreras. Para el delegado, el régimen de Roberto Micheletti, designado tras el golpe militar, representa «la institucionalidad legal». «No somos un gobierno de facto ni fruto de un golpe de Estado, somos un gobierno legítimamente constituido», insistió.
El presidente costarricense lamentó el fracaso y pidió a las partes 72 horas más para encontrar una salida pacífica al conflicto. «La alternativa al diálogo son las armas y no queremos que eso ocurra en Honduras», advirtió. «Vamos a trabajar para evitar un derramamiento de sangre», remarcó Arias.
Para este presidente -Premio Nobel de la Paz en 1987 por su intervención en el logro de la paz en Centroamérica-, en Honduras «puede darse una guerra civil o un derramamiento de sangre» y se comprometió a seguir trabajando para que no se llegue a ese escenario. «Si no se acepta la restitución de Zelaya, veré cómo profundizar en ese punto, por eso pido tres días más antes de presentar una nueva propuesta», suplicó.
Por su parte, Insulza se manifestó ofuscado con la intransigencia de Micheletti. El secretario general de la OEA consideró que en Honduras hay «una dictadura» y criticó la falta de cooperación del régimen para «evitar la violencia y la confrontación entre los hondureños». «Es casi imposible evitarlo o hacer llamados a la calma cuando la dictadura pretende, a vista y paciencia de toda la gente, quedarse en el poder», declaró.
Para Insulza, Micheletti «no estuvo dispuesto a restablecer la legalidad constitucional» y calificó la crisis en Honduras como «una locura que puede costar muy cara».

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Fuente: ABC.es