* Aeronáutica Honduras desvía avión hacia El Salvador
* Presidentes Argentina, Ecuador, Paraguay a El Salvador
* Gobierno interino ofrece diálogo con OEA
Por Gustavo Palencia y Enrique Andrés Pretel
TEGUCIGALPA, jul 5 . - El plan del derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, de regresar a su país el domingo se complicó, luego de que el Gobierno interino le prohibiera aterrizar en suelo hondureño y asegurara que su avión fue desviado a El Salvador.
Zelaya partió desde Washington, donde el sábado una asamblea extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió a Honduras como castigo por la destitución del mandatario, que fue sacado a punta de rifle hace una semana por militares y enviado a Costa Rica.
Pero, pese a su negativa a dejarlo llegar, el Gobierno interino que asumió tras el golpe de Estado dijo que envió una comunicación a la OEA en la que señala su disposición a dialogar sobre la crisis política en la que está sumido el empobrecido país centroamericano.
El depuesto presidente tenía previsto aterrizar en la tarde acompañado del presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Miguel D'Escoto, en el aeródromo de la capital, que está rodeado por militares y por miles de simpatizantes suyos que protestaban.
Pero, el director de Aeronáutica Civil, Alfredo San Martín, dijo que el avión donde venía Zelaya fue desviado hacia El Salvador, hacia donde también se dirigían en otra nave desde Washington los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, de Ecuador, Rafael Correa, y de Paraguay, Fernando Lugo.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, también viajaba en la aeronave.
Zelaya no se resignaba: "Nadie me puede negar repatriarme, regresar, porque la constitución prohíbe que un hondureño sea expulsado del país". Y advirtió: "tenemos muchas opciones para llegar a nuestro país" en declaraciones a la cadena venezolana Telesur.
El presidente interino, Roberto Micheletti, dijo que tiene información que la vecina Nicaragua está enviando tropas a la frontera en lo que llamó una "invasión psicológica" para presionar al Gobierno provisional, y advirtió que no crucen la frontera porque estaban dispuestos a defenderse.
Pero, el portavoz del Ejército negó a Reuters que esa información sea cierta y más tarde el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, ratificó la desmentida.
"Están hablando de que el Ejército de Nicaragua se está desplazando hacia la frontera con Honduras: eso es totalmente falso", dijo Ortega, un aliado de Zelaya, por el canal de TV oficialista.
SIMPATIZANTES ZELAYA EN AEROPUERTO
Varias aerolíneas cancelaron sus vuelos a Tegucigalpa, aunque el aeropuerto no fue cerrado. La terminal aérea tenía fuerte vigilancia con militares y policías y manifestantes que piden el retorno del depuesto mandatario se hallaban detrás de un cordón policial a 600 metros de la entrada.
"Hemos venido aquí para rescatar al presidente legítimo nuestro", dijo Denis Díaz, un agricultor del departamento de Lempira. "Vamos a tomar el aeropuerto si es necesario porque no vamos a permitir que Micheletti y sus amigos nos roben la democracia", agregó.
Muchos manifestantes, vestidos con camisetas rojas y la cara tapada con pañuelos y palos en sus manos gritaban "Con los golpistas, ni olvido ni perdón" y consignas contra los grandes empresarios y líderes políticos.
Zelaya, un político del Partido Liberal, uno de los dos tradicionales de Honduras, irritó en los últimos meses a empresarios y políticos, incluso de su propio partido, cuando su discurso dio un giro a la izquierda y se alió con el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Los hondureños están divididos entre quienes lo ven como uno de los únicos líderes políticos que ha gobernado a favor de los pobres, y quienes creen que su alianza con Chávez llevaba al país por mal camino.
Las autoridades interinas, que han prometido entregar el poder en enero al ganador de las elecciones de noviembre, mantienen un toque de queda y han silenciado varios medios favorables a Zelaya, pese a que las instituciones y comercios siguen funcionando normalmente durante el día.
La suspensión de la OEA, decidida en una asamblea extraordinaria en Washington, implicará sanciones económicas para Honduras y agudizaría los efectos de la crisis mundial en el país exportador de café y textiles, muy dependiente de los préstamos de organismos multilaterales.
Insulza recomendó la suspensión luego de viajar el viernes al pequeño país de casi 8 millones de habitantes para tratar, sin éxito, que el Gobierno interino que encabeza Roberto Micheletti devolviera el poder a Zelaya.
El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunciaron que congelarán los préstamos al pequeño país centroamericano, donde más de un 70 por ciento e sus casi ocho millones de habitantes viven en la pobreza, mientras que Chávez anunció que no les enviará más petróleo.
(Con reporte de Gustavo Palencia en Tegucigalpa, Alonso Soto y Jim Wolf en Washington; Editado por Ricardo Figueroa)