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jueves, 24 de julio de 2008

Obama llama a Europa a respaldar a EE UU frente a las amenazas mundiales

El candidato demócrata Barack Obama ha pedido este jueves ante una multitud en la icónica Columna de la Victoria de Berlín que Europa respalde a Estados Unidos para llevar la estabilidad a Afganistán y confrontar otras amenazas, desde el cambio climático hasta la proliferación nuclear. Obama ha llegado hoy a Alemania, en la primera parada europea después de viajar a Afganistán, Irak e Israel. El senador por Illinois ha abordado hoy con la canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, la situación en los focos de conflicto internacionales en sendas reuniones que los anfitriones calificaron de "abiertas y profundas". Entre los temas que han analizado destacaron la disputa nuclear con Irán, la situación de Afganistán y Pakistán y el proceso de paz en Oriente Próximo, según fuentes del Gobierno alemán.

En su discurso en la Columna de la Victoria, Obama ha reconocido el distanciamiento que existe entre Europa y Estados Unidos y ha llamado a fomentar la cooperación. "Esto no es una elección, sino la única forma para avanzar". Obama, quien es muy popular en Alemania, ha hablado ante una multitud de más de 200.000 personas, la mayoría de ellos jóvenes, según las autoridades locales. El discurso ha sido televisado en directo por varias cadenas alemanas, tanto públicas como privadas.

El candidato, favorito en las encuestas para convertirse en el primer presidente estadounidense de raza negra, ha prometido que "un nuevo gobierno americano" hará lo posible para que las diferencias no se profundicen. "El mayor peligro de todos es permitir que nuevos muros nos dividan. Hay que derribar los nuevos muros que se han erigido desde la Guerra Fría, los muros contra inmigrantes o entre musulmanes, judíos y cristianos".

"Ahora es el momento de construir nuevos puentes a los largo del planeta, tan fuertes como el que nos une a través del Atlántico", ha afirmado, después de hablar de las relaciones históricas entre Alemania y Europa.

Washington ha reclamado en fechas pasadas más intensidad a Berlín en Afganistán, pero Angela Merkel ha hecho oídos sordos y se niega a enviar más tropas así como a desplegar al conflictivo sur a algunos de los 3.500 soldados que mantiene en el seguro norte. Esta petición estadounidense ha llegado a las cancillerías del resto de aliados europeos y el presidente George W. Bush lo expuso durante la última cumbre de la OTAN.

"Nadie quiere guerras. Reconozco que hay enormes dificultades en Afganistán. Pero mi país y el vuestro han apostado para que la primera misión de la OTAN fuera de las fronteras europeas sea un éxito. Para la gente de Afganistán, y por nuestra propia seguridad, se debe completar el trabajo. Estados Unidos no puede hacer esto solo", ha dicho Obama, quien a lo largo de su discurso de unos 25 minutos de duración fue interrumpido varias veces por los aplausos de los asistentes.

Discurso histórico

Con su paso por Oriente Próximo y Europa, Obama intenta aplacar las críticas que le sitúan como un político inexperto en relaciones internacionales. Pero además puede ser un buen momento para agrandar su figura ante el resto del mundo y con la vista puesta en las elecciones presidenciales de noviembre.

Los asesores de Obama querían utilizar la Puerta de Brandeburgo para el discurso, lo que despertó algunos celos en la propia Angela Merkel. Símbolo de la Guerra Fría, la mítica puerta ha sido escenario sólo para presidentes estadounidenses, pero nunca para un candidato presidencial. Ronald Reagan, que pidió en 1987 a Mijail Gorbachov que abriese el Muro, y Bill Clinton, que habló de la reunificación en 1994, han sido los únicos que se han dirigido a los berlineses con tal decorado de fondo. Sin embargo, también es memorable el discurso de John F. Kennedy, en 1963, en el ayuntamiento del distrito de Schöneberg, con la frase "Ich bin ein Berliner" -"Soy un berlinés"-.

Con todo, la Columna de la Victoria también está cargada de simbología. Construida en 1873 para evocar glorias bélicas y convertida con los años en epicentro de fiestas multitudinarias en Berlín, la famosa Goldelse (Elsa de Oro), corona la columna de 69 metros de alto y simboliza las victorias prusianas aunque el nazismo se lo apropió para autoglorificarse. En 1938 quedó desplazada por orden de Hitler de su lugar original, porque estorbaba a sus planes para la megalópolis Germania y se la trasladó a su emplazamiento actual: la avenida 17 de Junio, una calle de 50 metros de ancho que arranca de la Puerta de Brandeburgo y cruza el pulmón verde de la ciudad, el Tiergarten.

Visita al Muro de las Lamentaciones

Obama ha cerrado su paso por Oriente Próximo visitando el Muro de las Lamentaciones. En una gira cargada de simbolismo, el candidato demócrata ha pillado a todos por sorpresa yendo al Muro de las Lamentaciones, donde escribió una oración y escuchó los rezos de un rabino.

El candidato demócrata volvió a reiterar su respaldo a Israel declarando que el Estado hebreo es un "amigo" y que no presionaría para continuar con las concesiones de paz con los palestinos. Mientras tanto, hubo hombres que corearon "Obama, Jerusalén no está en venta" o "Jerusalén es nuestra tierra". El pasado mes el senador estadounidense desató la polémica cuando dijo que Jerusalén debería permanecer como capital de Israel y no debería ser dividida, pero retiró esos comentarios.

miércoles, 23 de julio de 2008

Obama reitera su compromiso con la seguridad de Israel

Tres ideas básicas ha transmitido el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, a los interlocutores israelíes con los que se ha reunido hasta ahora. Que defenderá incondicionalmente a Israel, aliado histórico de EE UU y cuya misma existencia ha calificado de "milagro"; que tratará de impulsar el proceso de paz entre israelíes y palestinos y que una de sus prioridades en la región será evitar que Irán se haga con armas nucleares. Así lo ha transmitido Obama al ex primer ministro y líder del partido Likud, Benjamín Netanyahu, y al ministro de Defensa, Ehud Barak.

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Asimismo, se ha comprometido con el presidente israelí, Shimon Peres, a mantener las "especiales relaciones entre Israel y Estados Unidos" y le ha trasmitido su "deseo de participar como un socio efectivo, tanto como senador o como presidente".

Obama se encuentra en una gira por Oriente Próximo y Europa para reforzar sus credenciales de candidato a la presidencia de EE UU. Aunque el candidato demócrata llegó ayer a Jerusalén, la agenda de citas ha comenzado esta mañana con las reuniones con Netanyahu y Barak. Según ha informado el líder del partido Likud, el candidato demócrata le ha prometido que nunca perjudicará la seguridad de Israel y han coincidido en que la prioridad en la región es la de evitar que Teherán consiga producir armas nucleares.

El senador por Illinois ha cumplido con la cita a la que últimamente no faltan los líderes políticos que visitan Israel y ha visitado, tocado con una kippa, el Museo del Holocausto (Yad Vashem), donde ha realizado una ofrenda floral en el Salón del Recuerdo. Antes de dejar el lugar para reunirse con el presidente del país, se ha referido a la existencia del Estado israelí como "un milagro que ha ido floreciendo" durante los últimos 60 años, con cuya seguridad ha prometido un "compromiso permanente".

"Estoy aquí, en esta visita, para reafirmar la relación especial entre Israel y EE UU, y mi permanente compromiso con la seguridad de Israel y con la esperanza de que pueda servir como socio efectivo tanto como senador estadounidense como presidente", ha dicho.

Compromiso con la paz

Tras reunirse con los líderes israelíes, Obama se ha desplazado a Ramala, donde se ha reunido con el presidente palestino, Mahmud Abbas, y con su primer ministro, Salam Fayad. El asesor de Abbas, Nabil Abu Rudeineh, ha dicho a la presa que el candidato demócrata ha prometido al presidente palestino continuar respaldando las negociaciones de paz palestino-israelíes iniciadas bajo la administración Bush.

La próxima parada de Obama en la jornada de hoy es el poblado israelí de Sderot, cercano a la frontera con Gaza, controlada por Hamás, y que ha sido escenario de varios impactos de cohetes disparados desde la franja.

El artículo de John McCain que rechazó 'The New York Times'

John McCain se siente discriminado. El candidato republicano ha acusado a The New York Times de trato preferente hacia su contrincante, el demócrata Barack Obama, después de que el diario estadounidense rechazara, por segunda vez en seis meses, publicarle un artículo en el que responde a la estrategia de lucha antiterrorista de Obama. El diario pidió a McCain que modificara el artículo, ya que no aceptaría un texto que no incluya un plan para alcanzar la victoria en Irak y que ofrezca detalles de su estrategia hacia Afganistán. Finalmente, no lo publicó.

Foto

El artículo de John McCain en inglés

DOCUMENTO (PDF - 28,5Kb) - 23-07-2008

    John Mccain

    John Mccain

    A FONDO

    Nacimiento:
    29-08-1936
    Lugar:
    (Coco Solo)

A continuación, el artículo de McCain, tal como lo presentó al diario estadounidense y que ha sido difundido en la página web Drudge Report:

En enero de 2007, cuando el general David Petraeus tomó el mando en Irak, calificó la situación de "difícil" pero no "desesperada". Hoy, 18 meses después, la violencia ha descendido en un 80% hasta alcanzar sus niveles más bajos en cuatro años, y los terroristas suníes y chiíes todavía no se han recuperado de una larga lista de derrotas. La situación en la actualidad es motivo de esperanza, pero sigue quedando un arduo trabajo por hacer para consolidar nuestras frágiles victorias.

El progreso se ha debido principalmente a un aumento del número de tropas y a un cambio en su estrategia. Yo fui de los primeros en defender el envío de tropas adicionales en un momento en el que la iniciativa contaba con pocos apoyos en Washington. El senador Barack Obama se oponía a ello con la misma firmeza. "No estoy convencido de que 20.000 soldados más en Irak vayan a solucionar la violencia sectaria en el país", afirmaba el 10 de enero de 2007. "De hecho, creo que tendrá el efecto contrario".

Ahora el senador Obama se ha visto obligado a reconocer que "nuestras tropas han hecho una tarea excelente a la hora de reducir el nivel de violencia". Pero sigue negando que se haya producido un avance político como consecuencia de ello.

A lo mejor no está enterado de que la embajada estadounidense en Bagdad ha certificado hace poco que, como se afirmaba en un artículo en la prensa, "Irak ha superado todos menos tres de los 18 parámetros iniciales que estableció el Congreso el año pasado para medir los avances en seguridad, política y economía". Aún más alentador ha sido el progreso que no se puede medir a través de ningún parámetro. Más de 90.000 iraquíes - muchos de ellos suníes que antes luchaban contra el Gobierno - se han alistado como Hijos de Irak para combatir a los terroristas. Y tampoco se puede medir la voluntad renovada del primer ministro, Nuri al Maliki, para tomar medidas enérgicas contra los extremistas chiíes en Basora y en Ciudad Al Sadr, acciones que han contribuido en gran medida a disipar las sospechas de sectarismo.

El éxito del envío de tropas adicionales no ha modificado la determinación del senador Obama de retirar a todas nuestras tropas de combate. Lo único que ha cambiado es su lógica. En un artículo de opinión en The New York Times y en un discurso suyo esta semana, presentaba su "plan para Irak" antes de realizar su primer viaje "de investigación" a dicho país en más de tres años. Se basaba en la misma propuesta de siempre de retirar a todas nuestras tropas en el plazo de 16 meses. En 2007 quería retirarlas porque pensaba que la guerra estaba perdida. Si hubiéramos seguido su consejo, la habríamos perdido. Ahora quiere retirar a las tropas porque opina que los iraquíes ya no necesitan nuestra ayuda.

Para reforzar su argumento, destroza las pruebas. Hace que parezca como si el primer ministro Al Maliki hubiera respaldado el calendario de Obama, cuando lo único que ha dicho es que le gustaría que hubiera un plan para una posible retirada de las tropas estadounidenses en algún momento no especificado del futuro.

El senador Obama también nos desorienta en lo que respecta al nivel de preparación del Ejército iraquí. El Ejército iraquí estará equipado y entrenado para mediados del año próximo, pero esto no significa, como insinúa el senador Obama, que por esas fechas esté preparado para proteger su país sin una ayuda considerable. Las Fuerzas Aéreas iraquíes, por de pronto, siguen estando rezagadas, y no hay ejército moderno que pueda operar sin cobertura aérea. Los iraquíes también están aprendiendo a enfrentarse a la planificación, la logística, el orden y el control, las comunicaciones y otras funciones complicadas que son necesarias para apoyar a las tropas de primera línea.

Nadie está a favor de una presencia permanente de Estados Unidos, como afirma acusadoramente el senador Obama. Ya se ha producido una retirada parcial con la salida de cinco brigadas de las tropas adicionales enviadas y podrá haber más retiradas a medida que mejore la situación de la seguridad. Conforme vayamos reduciendo nuestras tropas en Irak, podremos reforzar nuestra presencia en otros campos de batalla, como Afganistán, sin miedo a dejar un Estado fallido detrás.

He afirmado que espero poder dar la bienvenida a casa a la mayoría de nuestros soldados en Irak para finales de mi primer mandato en el cargo, en 2013. Pero también he dicho que cualquier reducción de tropas debe basarse en una valoración realista de las condiciones sobre el terreno, no en un calendario artificial ideado por razones de política nacional. Ahí reside el quid de mi desacuerdo con el senador Obama.

El senador Obama ha asegurado que consultará a nuestros comandantes sobre el terreno y a los líderes iraquíes, pero no lo ha hecho antes de presentar su "plan para Irak". A lo mejor es porque no quiere oír lo que tienen que decir. En el transcurso de ocho visitas a Irak he oído muchas veces de boca de nuestras tropas que el teniente general Jeffrey Hammond, comandante de las fuerzas de coalición en Bagdad, afirmaba hace poco que retirarse siguiendo un calendario sería "muy peligroso".

El peligro radica en que los extremistas apoyados por Al Qaeda e Irán podrían volver a escena, al igual que han hecho en el pasado cuando hemos tenido demasiados pocos efectivos en Irak. Por lo visto, el senador Obama no ha aprendido nada de la historia reciente. Me resulta irónico que esté emulando el peor error de la Administración de Bush al blandir prematuramente la pancarta de "Misión cumplida".

También me deja consternado que nunca hable de ganar la guerra, sino sólo de ponerle fin. Pero si no ganamos la guerra, la ganarán nuestros enemigos. Un triunfo de los terroristas sería una catástrofe para nosotros. Esto es algo que, como presidente, no permitiré que suceda. Por el contrario, seguiré aplicando una estrategia de contrainsurgencia de eficacia probada no sólo en Irak, sino también en Afganistán, con el objetivo de crear aliados democráticos estables, seguros y autosuficientes.

sábado, 19 de julio de 2008

Obama enamora al mundo

Cada día quedan menos dudas de que la influencia de Estados Unidos es planetaria. La última prueba es que los candidatos presidenciales norteamericanos hacen campaña en Jerusalén, Bogotá o Berlín como si estuvieran en Detroit, Denver o Kansas City. Alguien ha propuesto seriamente mantener uno de los tradicionales debates electorales en el extranjero. Y se ha pensado incluso en el lugar adecuado, Dubai. ¡Qué mejor sitio para abordar algunas de las preocupaciones más acuciantes de los norteamericanos en la actualidad: el petróleo, Oriente Próximo, Irak, la presencia militar en el exterior, la amenaza de Irán..!

Barack Obama

Barack Obama

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Nacimiento:
04-08-1961
Lugar:
(Honolulu)
Estados Unidos

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Capital:
Washington.
Gobierno:
República Federal.
Población:
290.000.000 (2004)

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La política exterior es el principal talón de Aquiles del senador demócrata

No se va a llegar tan lejos. No en esta campaña, al menos. Pero tiene cierta lógica que el mundo quiera ver y escuchar a los hombres cuyas decisiones van a afectar pronto y decisivamente casi al conjunto de la humanidad.

Seguramente ésa no es la única razón por la que el viaje que esta próxima semana hará Barack Obama a varios países de Europa y Oriente Próximo ha despertado tan inusitada atención. Muchos países se han visto contagiados por la emoción de las elecciones primarias y han sucumbido a la pasión que la candidatura de Obama ha desatado entre una parte de la opinión pública norteamericana. No es fácil permanecer indiferente ante el espectáculo de unas elecciones en Estados Unidos y sustraerse al interés que una figura como Obama suscita.

Como consecuencia, la gira de Obama va a desatar muy probablemente una ola de admiración en países que, por lo demás, esperaban ardientemente el relevo de George Bush y son receptivos a cualquier propuesta que parezca alejarse del estereotipo político norteamericano. En palabras de alguien muy cercano al senador afroamericano: "Millones de personas en el mundo querían volver a amar a EE UU. Obama les da la oportunidad de hacerlo".

Ahora todos quieren ser testigos del nacimiento de la obamanía. El candidato demócrata será acompañado en su recorrido por cientos de periodistas, entre ellos los presentadores de los principales informativos de las tres cadenas de televisión norteamericanas. Se han tardado semanas en ultimar los preparativos de la gira -todavía inciertos- porque todos los políticos y personalidades de cada país de destino quería tener unos minutos para saludar a la nueva estrella. La campaña de Obama ha tenido que rechazar amablemente varias peticiones de países que quería ser añadidos a la lista del viaje. Irlanda y Líbano defendieron su candidatura y expusieron sus argumentos, pero no tuvieron éxito. España también lo intentó.

Una foto junto a Obama se cotiza hoy muy alto en el mercado de la política mundial. Unos y otros, conservadores y socialdemócratas, al otro lado del Atlántico, toman posiciones respecto a él y se perfilan en relación a la nueva figura, cuya indefinición ideológica hace este juego arriesgado y fascinante. En Alemania, su plan inicial de pronunciar un discurso ante la simbólica puerta de Brandemburgo ha abierto una crisis en el Gobierno de coalición, con la canciller, Angela Merkel, en contra de tal iniciativa, y su ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, a favor.

Es fácil anticipar que, desde el punto de vista de las relaciones públicas, este viaje de Obama a Afganistán, Jordania, Israel, Alemania, Reino Unido y Francia (con posible extensión a Irak) va a ser un éxito. En algunos momentos puede rozar incluso la adulación, el culto a la personalidad.

El viaje de John McCain, el candidato republicano, el mes pasado, a Colombia y México, sólo fue cubierto por un reducido grupo de periodistas y ocupó espacios secundarios en los medios de comunicación. Fue un viaje, sin embargo, en el que McCain dejó establecidos principios importantes de su política exterior: el respaldo a los Gobiernos que luchan contra el terrorismo, la seguridad fronteriza y la promoción de nuevas leyes migratorias.

¿Conseguirá el viaje de Obama superar el show mediático y difundir un proyecto de política exterior sobre el que puedan juzgar los ciudadanos norteamericanos y de otras partes del mundo? "Ése es el propósito", responde David Axelrod, el principal estratega de la campaña de senador de Illinois. "Es una oportunidad", añade, "de que se siente con los líderes internacionales con los que tendrá que trabajar como presidente y discutir los asuntos de preocupación común".

Mejor que así sea, porque las encuestas revelan una tras otra que éste es el principal talón de Aquiles de la candidatura de Obama. Un sondeo esta semana de The Washington Post-ABC revelaba que sólo un 48% de los potenciales votantes ven al candidato demócrata como un buen comandante en jefe, mientras que el 72% aprueba a McCain en ese papel.

Las propuestas esenciales de su política exterior y de seguridad -ambos conceptos van siempre unidos en este país- fueron establecidas públicamente en una reunión mantenida por Obama el miércoles pasado con un grupo de expertos en la materia, entre ellos el ex senador Sam Nunn, que es mencionado entre los posibles candidatos a la vicepresidencia y que se ha convertido en uno de los principales gurús de Obama en estos asuntos.

Ese grupo era una pequeña representación del equipo de 300 personas que, según The New York Times, asesora a Obama en temas internacionales. Ese equipo, del que forman parte ex secretarios de Estado, senadores y académicos, prepara todos los días un resumen de los más acuciantes problemas mundiales y las respuestas que hay que dar en el que caso de ser requeridas por los medios de comunicación.

"Es hora de poner al día nuestra estrategia de seguridad para situarnos por delante de los terroristas", dijo Obama en la reunión con los expertos. "EE UU no puede permitirse otro presidente que no comprenda las amenazas a las que hoy hacemos frente".

El candidato discutió con sus asesores sobre la amenaza de la proliferación nuclear, el bioterrorismo, el terrorismo cibernético y otros peligros a los que, según él, EE UU no ha atendido suficientemente durante todos estos años en los que ha estado distraído por la guerra en Irak. El propósito de Obama es poner fin a esa guerra, desviar parte de los recursos que allí se emplean a Afganistán y actualizar medidas de protección contra lo que él llama "las amenazas del siglo XXI", entre las que incluye la seguridad energética.

La campaña de Obama es consciente de que, por muy lejos que esté de Estados Unidos, el principal objetivo del mensaje de este viaje es el votante norteamericano. Por eso es previsible que el Obama que veamos en este viaje no sea exactamente el que los europeos quieren ver. El candidato demócrata va a regalar los oídos europeos con su promesa de retirada de Irak. Pero, acto seguido, va a pedir un esfuerzo militar mucho mayor en Afganistán.

Obama no es, por supuesto, un halcón de la política exterior. Como ha dicho varias veces, entiende las relaciones internacionales como un justo equilibrio entre la negociación y la fuerza, sin renunciar a ninguno de esos instrumentos. Pero necesita sonar lo más parecido posible a un halcón para aumentar la credibilidad de su candidatura en EE UU.

Todas las investigaciones recientes coinciden en anticipar un cambio de ciclo en EE UU. Hastiados del periodo de Bush, los norteamericanos parecen querer explorar nuevos caminos de relacionarse con el mundo por vías más amigables. Ahí encajan sin excesivo recelo algunas ideas audaces de Obama como la de dialogar con Irán o Cuba. Pero tiene que hacer compatibles esas propuestas con responder a la inquietud de los norteamericanos con su seguridad. "Obama no va a ser presidente por su política exterior, pero puede ser derrotado por ella", advierte Doug Schoen, un investigador demócrata.

"Es un gran reto para Obama", admite Lee Hamilton, uno de los más estrechos colaboradores del senador, "porque la política exterior es una de las áreas en los que los votantes tienen dudas".

Ese reto es especialmente serio en Oriente Próximo. Ésa es, con diferencia, la región del mundo que los estadounidenses perciben como el foco de sus principales enemigos. No va a darle la presidencia el aplauso de los palestinos ni de los israelíes. Pero el viaje puede ser un éxito si, al regresar, Obama encuentra un país que ha empezado a aceptar que pueda dejar su seguridad en manos de este joven afroamericano.

La gira comienza en secreto en Afganistán

Bajo estrictas medidas de seguridad, que incluyen el secreto sobre sus movimientos, el candidato presidencial demócrata, Barack Obama, inició ayer una visita a Afganistán en la que intenta resaltar el lugar prioritario que esa guerra ocupa en su agenda internacional así como asentar sus credenciales como posible comandante en jefe.

Obama es acompañado por un reducido y selecto grupo de periodistas que sólo están autorizados a informar sobre las actividades del candidato varias horas después de que hayan ocurrido. Intentando restarle al viaje cariz electoral, junto a Obama viajan dos de sus colegas en el Senado, el demócrata Jack Reed y el republicano Chuck Hagel. El candidato demócrata salió de Chicago el jueves por la noche. Después de una escala imprevista en Kuwait para reunirse con militares norteamericanos, ayer se supo que había aterrizado en Kabul y se había trasladado horas después a Nangarhar, una de las provincias del este de Afganistán fronterizas con Pakistán, donde se reunió con autoridades locales y oficiales norteamericanos responsables de la seguridad en esa explosiva región.

Posteriormente, se le volvió a perder la pista durante horas, aunque se creía que tenía previsto pasar la noche en Kabul y reunirse hoy con el presidente afgano, Hamid Karzai. Se espera que después viaje a Irak. Ambas visitas a los escenarios de las dos guerras en las que actualmente combate Estados Unidos son el preludio de una gira por Oriente Próximo y Europa, cuyo comienzo está previsto para el próximo martes en Jordania.

Ésta sería la segunda vez que Obama visita Irak desde 2006, y su primer viaje a Afganistán, donde el candidato demócrata ha anunciado desplegar 10.000 soldados más e invertir más recursos si es elegido presidente.

El tono discreto de la visita, aparte de las razones de seguridad, se debe también a un intento de no trasladar en exceso la campaña electoral a esos territorios y no debatir sobre el campo de batalla las diferencias que actualmente separan a Obama de la Administración de George Bush.

"Vengo más a escuchar que a hablar", comentó Obama cuando los periodistas que le acompañaban le preguntaron si pensaba discutir con sus interlocutores sus planes para el futuro de la región. "Tenemos un presidente y es al presidente al que le corresponde trasladar los mensajes" a los líderes de otros países, añadió. "Queremos observar la situación sobre el terreno. Queremos hablar con los mandos militares y conocer cuáles son sus preocupaciones. Y agradecer a las tropas el heroico trabajo que están haciendo", explicó el candidato demócrata.

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Fuente: ABC.es