Realidades que no dicen las noticias
Leyaní DÍAZ HERNÁNDEZ (cip219@cip.enet.cu)
Cuatro muertos en Cuba tras el paso de Ike... titulares como ese "viajaron" a la celeridad de la luz este martes en la Internet. Fue la "noticia"del día después del azote del huracán Ike en el territorio nacional. Con esta "primicia", de que en la isla fallecieron varias personas a consecuencia del meteoro, los emporios de la comunicación pretenden aumentar sus jugosos dividendos, nada deleznables en ese gran negocio en el que han convertido a la comunicación de masas.
Y es que la "gran prensa" está acostumbrada a entretejer madejas con sus reseñas acerca de lo que sucede en esta isla caribeña, y amén de la veracidad del hecho, no dejan de introducir su "visión" sobre la realidad cubana, nada más alejado del papel real de un medio de comunicación.
Por regla general, el periodista debe exponer todos los elementos para que el lector se haga su propio juicio a cerca de lo que lee. Aunque a veces no se ciñe -y este es el caso- a las reglas, sino a su único objetivo de tratar de elevar el número de lectores en la red de redes y aumentar las tiradas de la prensa escrita, que hoy vive una competencia desigual, luego de la existencia de la Internet.
Si a ello le suma el seguir a pie juntillas algunas de las teorías, como la del agenda-setting, entonces una buena parte del objetivo podría llegar a una eficaz consecución. No se debe olvidar que este supuesto sustenta el hecho de cómo influyen los medios de comunicación en las personas, al punto de decidir qué historias se publican o no, con el objetivo de alcanzar los mayores ratings en los diferentes públicos. Aunque se dice que los medios (informativos) pueden no acertar al indicarnos cómo pensar sobre un determinado tema, sí nos señalan sobre qué pensar.
Cuba siempre es noticia, máxime cuando se trata de desastres naturales o alguna situación que implique "peligro para la estabilidad de la nación". Exponer argumentos que lleven al gran público a conocer "secretos" de la Revolución, constituyen temas de pegada a nivel internacional, es noticia de primera plana en cualquier medio de comunicación.
A nosotros, los cubanos, nos queda el estar concientes de la grandeza del país en el que nos ha tocado vivir, nos queda reconocer el poderío de ese organismo conocido como la Defensa Civil, que adopta medidas preventivas para proteger a su población, para evitar en lo más mínimo la pérdida de vidas humanas. Y si sucedieran, como fue el caso del huracán Ike, esto no empaña el sistema de disposiciones que funcionan con una sincronía, donde todos sus componentes engranan a la perfección cual maquinaria de relojería, en función de preservar, proteger, cuidar..., en fin, de salvar vidas.
Esta Isla tiene el record de haber vivido la experiencia de haber enfrentado dos huracanes de intensidad, con apenas ocho días de diferencia entre uno y otro. Sólo cuatro fallecidos a causa de las intensas lluvias y los fuertes vientos, además de los derrumbes parciales y totales en viviendas, no es representativo. En Cuba no se utilizan esos datos en función de la información porque valoramos altamente la existencia del ser humano. Otro podría ser el titular, pero no "jugamos" a hacer noticias. Una vida que se pierde, es un sufrimiento inmenso para la mayor parte de los cubanos, educados en la máxima martiana de que "el dolor se ofende de que miren a él y lo publiquen".