Lo que los expertos tienen en mente
A ellos ya no les sorprende. No importa dónde estén y quién está cerca, los expertos del Centro Nacional de Huracanes siempre enfrentan la misma pregunta:
Esta temporada, ¿será una muy activa? ¿Será una tranquila? La respuesta es simple: no importa.
Dejando a un lado las predicciones a mediano y largo plazo, los residentes de Florida deben prepararse para los seis meses que dura la temporada de huracanes como si sus propiedades y seres queridos estuvieran en el centro de la mira de un rifle. Después de todo, incluso cuando los expertos aciertan al pronosticar una temporada tranquila, nadie está completamente a salvo.
James Franklin, un veterano y distinguido miembro de la élite de 10 pronosticadores del Centro Nacional de Huracanes de Miami, suele ofrecer el mismo consejo cuando la gente habla sobre las predicciones que, con bombos y platillos, hace el científico William Gray, de la Universidad Estatal de Colorado. El consejo es muy sencillo: ignórelo.
"Poner el énfasis en si la temporada será una activa o no puede crear la impresión equivocada de que hay algo que usted puede hacer al contar con esa información", sostiene Franklin. Pero incluso cuando los pronósticos son acertados, ellos nada pueden decirle sobre amenazas a su caso en particular. Usted debe asumir cada temporada como una en la que pudiera resultar afectado".
Para muestra, un botón. En 1992 los expertos pronosticaron una temporada tranquila. Siete tormentas llegaron a tener la fuerza como para que se les asignara un nombre, y sólo cuatro llegaron a ser huracanes. Pero la primera fue Andrew, el ciclón categoría 5 que destruyó buena parte del sur de Florida. "1992 fue un año tranquilo, trata de decirle eso a la gente del condado Dade", comenta Jack Beven, otro veterano experto en predicciones.
Tormentas tropicales "mínimas", comenta Beven, pueden generar situaciones desagradables que difícilmente se olvidan. La tormenta Allison, en el 2001, causó la muerte de 23 personas e inundó más de 50,000 viviendas en Texas. Pura experiencia
Con edades comprendidas entre los 32 y los 57 años de edad, los expertos del Centro Nacional de Huracanes están encabezados por Bill Read, el nuevo director. Como grupo, tienen nueve post-grados, cuatro títulos de doctorados y 75 años de experiencia haciéndole seguimiento a fenómenos atmosféricos y preparando pronósticos para el océano Atlántico y el este del Pacífico.
En conjunto, tienen más de un siglo de experiencia trabajando en temas relacionados con el clima. Franklin, por ejemplo, ha sobrevolado ojos de huracanes en más de 100 oportunidades durante sus 17 años como investigador de huracanes.
El más veterano es el cubano Lixion Ávila, quien sin duda es un experto en tormentas en el Caribe en sus 19 años como especialista. Richard Pasch, un ex investigador y profesor de metereología, le sigue muy de cerca, con 18 años de experiencia.
Acutalmente como reservista sirviendo en Irak, Stacy Stewart pasó 19 años pronosticando ciclones tropicales para la Armada, trabajando en Guam y Pearl Harbor.
Beven, quien comenzó como pasante en 1988 y siguió ascendiendo, y Richard Knabb, quien fue funcionario de alto nivel para operaciones por casi cuatro años, completan el grupo.
Tras la temporada de huracanes del 2005, la más activa en los registros, el ahora ex director Max Mayfield logró expandir el número de especialistas de seis a 10. El grupo incluye la primera mujer, Michelle Mainelli, quien pasó los 13 años anteriores trabajando como investigadora de metereología, programación de computadoras y pronósticos marinos.
En la camada de "nuevos" expertos se encuentran también Eric Blake, Jamie Rhome y Dan Brown, quien trabajó con anterioridad en la rama del centro que analiza información satelital y emite pronósticos marinos.
Confianza en el equipo
Read, quien pasó caso tres décadas en una oficina de Servicio Nacional de Meteorología en Texas antes de asumir el puesto en enero como jefe del Centro Nacional de Huracanes, no ha pronosticado huracanes desdes sus tiempo en la Armada. Piensa dejar el "día a día" a su equipo, encabezado por el sub-director Ed Rappaport, un veterano del centro por 21 años.
Y lo hará confiado, ya que hoy en día el personal cuenta con más y mejor información atmosférica de los satélites, computadoras más rápidas y modelos de predicción más sofisticados.
Al final del día, lo que los expertos tienen en mente es que cuando alquien les pregunte "¿qué clase de temporada de huracanes vamos a tener?", ellos puedan responer, como le gusta responder a Mainelli: "Esperamos que sea una temporada en la que todos estén bien preparados".
Puede comunicarse con Maya Bell a través de mayabell@orlandosentinel.com o 305-810-5003.
Esta temporada, ¿será una muy activa? ¿Será una tranquila? La respuesta es simple: no importa.
Dejando a un lado las predicciones a mediano y largo plazo, los residentes de Florida deben prepararse para los seis meses que dura la temporada de huracanes como si sus propiedades y seres queridos estuvieran en el centro de la mira de un rifle. Después de todo, incluso cuando los expertos aciertan al pronosticar una temporada tranquila, nadie está completamente a salvo.
James Franklin, un veterano y distinguido miembro de la élite de 10 pronosticadores del Centro Nacional de Huracanes de Miami, suele ofrecer el mismo consejo cuando la gente habla sobre las predicciones que, con bombos y platillos, hace el científico William Gray, de la Universidad Estatal de Colorado. El consejo es muy sencillo: ignórelo.
"Poner el énfasis en si la temporada será una activa o no puede crear la impresión equivocada de que hay algo que usted puede hacer al contar con esa información", sostiene Franklin. Pero incluso cuando los pronósticos son acertados, ellos nada pueden decirle sobre amenazas a su caso en particular. Usted debe asumir cada temporada como una en la que pudiera resultar afectado".
Para muestra, un botón. En 1992 los expertos pronosticaron una temporada tranquila. Siete tormentas llegaron a tener la fuerza como para que se les asignara un nombre, y sólo cuatro llegaron a ser huracanes. Pero la primera fue Andrew, el ciclón categoría 5 que destruyó buena parte del sur de Florida. "1992 fue un año tranquilo, trata de decirle eso a la gente del condado Dade", comenta Jack Beven, otro veterano experto en predicciones.
Tormentas tropicales "mínimas", comenta Beven, pueden generar situaciones desagradables que difícilmente se olvidan. La tormenta Allison, en el 2001, causó la muerte de 23 personas e inundó más de 50,000 viviendas en Texas. Pura experiencia
Con edades comprendidas entre los 32 y los 57 años de edad, los expertos del Centro Nacional de Huracanes están encabezados por Bill Read, el nuevo director. Como grupo, tienen nueve post-grados, cuatro títulos de doctorados y 75 años de experiencia haciéndole seguimiento a fenómenos atmosféricos y preparando pronósticos para el océano Atlántico y el este del Pacífico.
En conjunto, tienen más de un siglo de experiencia trabajando en temas relacionados con el clima. Franklin, por ejemplo, ha sobrevolado ojos de huracanes en más de 100 oportunidades durante sus 17 años como investigador de huracanes.
El más veterano es el cubano Lixion Ávila, quien sin duda es un experto en tormentas en el Caribe en sus 19 años como especialista. Richard Pasch, un ex investigador y profesor de metereología, le sigue muy de cerca, con 18 años de experiencia.
Acutalmente como reservista sirviendo en Irak, Stacy Stewart pasó 19 años pronosticando ciclones tropicales para la Armada, trabajando en Guam y Pearl Harbor.
Beven, quien comenzó como pasante en 1988 y siguió ascendiendo, y Richard Knabb, quien fue funcionario de alto nivel para operaciones por casi cuatro años, completan el grupo.
Tras la temporada de huracanes del 2005, la más activa en los registros, el ahora ex director Max Mayfield logró expandir el número de especialistas de seis a 10. El grupo incluye la primera mujer, Michelle Mainelli, quien pasó los 13 años anteriores trabajando como investigadora de metereología, programación de computadoras y pronósticos marinos.
En la camada de "nuevos" expertos se encuentran también Eric Blake, Jamie Rhome y Dan Brown, quien trabajó con anterioridad en la rama del centro que analiza información satelital y emite pronósticos marinos.
Confianza en el equipo
Read, quien pasó caso tres décadas en una oficina de Servicio Nacional de Meteorología en Texas antes de asumir el puesto en enero como jefe del Centro Nacional de Huracanes, no ha pronosticado huracanes desdes sus tiempo en la Armada. Piensa dejar el "día a día" a su equipo, encabezado por el sub-director Ed Rappaport, un veterano del centro por 21 años.
Y lo hará confiado, ya que hoy en día el personal cuenta con más y mejor información atmosférica de los satélites, computadoras más rápidas y modelos de predicción más sofisticados.
Al final del día, lo que los expertos tienen en mente es que cuando alquien les pregunte "¿qué clase de temporada de huracanes vamos a tener?", ellos puedan responer, como le gusta responder a Mainelli: "Esperamos que sea una temporada en la que todos estén bien preparados".
Puede comunicarse con Maya Bell a través de mayabell@orlandosentinel.com o 305-810-5003.