El Partido Demócrata acaba de renunciar a la Presidencia. Después de aguantar durante ocho años al peor presidente en la historia de Estados Unidos todos creíamos que era el mejor momento para sacar al Partido Republicano de la Casa Blanca.
Todo pintaba muy bien. El 75% de los ciudadanos estadounidenses estaba en contra de las cobardes invasiones, masacres y ocupación de Afganistán e Irak, los presos inocentes en Guantánamo, los miles de muertos y heridos y un déficit de trillones de dólares. Por lo cual, cualquier candidato demócrata, aunque no tuviera fama, barrería en las elecciones.
La que tenía mayor atracción política, entre todos los candidatos, era Hillary Clinton. Los Clinton dejaron un grato recuerdo durante el mandato de Bill, que dejó al país en paz y con un enorme superávit económico. También Hillary Clinton contaba con los votos de la comunidad afroamericana que siempre estuvieron con Clinton.
O sea que la nominación para presidente de Hillary Clinton tenía todas las ventajas.
Pero personas millonarias y populares como Oprah, la presentadora de televisión de gran arraigo entre la comunidad negra, empezó a promover a un candidato de dicha raza: Hussein Barack Obama, joven y con gran "facilidad de palabra" que durante su campaña por todo el país atrajo a toda la raza afroamericana, que naturalmente dejó de apoyar a Hillary. A pesar de todo, Hillary obtuvo 18 millones de votos y Obama 17 millones. Obama tuvo mayor cantidad de delegados y así ganó la nominación.
Pero todavía había esperanzas para reforzar al decaído Partido Demócrata si nombraban a Hillary como vicepresidenta, tenía 18 millones de votos asegurados, pero Obama nombró como vicepresidente a un desconocido, Joseph Biden.
¿Quién es Biden? Es uno de los legisladores que más apoyó el ataque e invasión a Irak y Afganistán, un punto con el que Obama atacó a Hillary durante la campaña.
Mientras tanto McCain, que continuará la política mentirosa, injusta y agresiva del inepto Bush, sigue ganando en las encuestas.
¡Qué fracaso! ¡ Es increíble!
