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viernes, 21 de marzo de 2008

Dolorosas crucifixiones marcan el ritual de Viernes Santo en Filipinas




Dolorosas crucifixiones marcan el ritual de Viernes Santo en Filipinas


SAN PEDRO CUTUD, Filipinas (AFP) — Ruben Enaje, un católico devoto de la aldea de San Pedro Cutud, en el norte de Filipinas, se coloca sobre la cabeza una corona de espinas antes de someterse al agonizante calvario de ser clavado en una cruz por... vigesimosegunda vez.

Este decorador de 47 años fue el primero de los 19 hombres de este pueblo que en Viernes Santo se levantaron con un programa bien distinto al de su rutina diaria, el de crucificarse como una forma de penitencia para agradecer a Dios que responda a sus plegarias.

Enaje no se olvida de la vez que decidió no someterse a este ritual, hace ocho años. Sufrió úlceras en el estómago y su mujer enfermó.

"Es doloroso y difícil. Pero continuaré haciéndolo mientras pueda. Este es mi compromiso con Dios", explicó a la AFP este padre de cuatro hijos mientras se vestía para la ceremonia en su modesta casa de madera.

Miles de turistas desafiaron el viernes el calor tropical para llegar hasta esta aldea de granjeros, a una hora de auto al norte de Manila, con el fin de presenciar los rituales religiosos.

Revivir la crucifixión de Jesús forma parte de los sangrientos espectáculos que cada año dejan boquiabiertos a los extranjeros en esta nación tremendamente católica.

Varios vecinos, disfrazados de centuriones romanos, arrastraron por las calles a Enaje y a otros penitentes hasta una pequeña colina, donde les esperaban tres cruces de madera y al menos 2.000 turistas expectantes.

Enaje gritó agonizante en el momento en que los clavos de metal de 18 centímetros de largo le atravesaron las palmas de las manos y los pies, mientras se mantenía erecto, con los brazos abiertos.

La escena se prolongó durante cinco minutos, antes de que el penitente fuera descolgado de la cruz. Otros voluntarios se sometieron después al mismo ritual.

Horas antes de esta ceremonia, otros grupos de hombres habían desfilado por las calles de San Pedro Cutud, flagelándose con cañas de bambú para expiar sus pecados.

La Iglesia Católica Romana, dominante en Filipinas, desaprueba estas prácticas extremas, mientras que el ministerio de Sanidad aconseja a los penitentes que se vacunen contra el tétanos y esterilicen bien los materiales antes de someterse a ellas.

"La Iglesia no las recomienda porque es contraria a la autoflagelación", afirmó el párroco local, el padre Norman Vitug.

Aunque el sacerdote aseguró que el Señor "no quiere" que los creyentes se lastimen a sí mismos para "experimentar su Amor", tampoco desea "cuestionar la fe de alguien, así que lo mejor es respetarlo".

Las crucifixiones son organizadas por la alcaldía del pueblo, con la ayuda del ministerio de Turismo. explicó el responsable local Leonard David.

El ministro de Sanidad, Francisco Duque, admitió la dificultad de desalentar estas prácticas y recomendó a los penitentes asegurarse de que sus látigos estén en buenas condiciones.

"No tratamos de ir en contra de esta tradición puesto que para algunos de nosotros autoflagelarse se ha convertido en una forma de expiación de los pecados", dijo Duque.

Pero seguir los consejos "es importante para evitar aterrizar en el hospital debido al tétanos o a otras infecciones", agregó.

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Fuente: ABC.es