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lunes, 13 de octubre de 2008

Ensombrecido por una altísima impopularidad

El mandato de Bush entra en sus últimos cien días

George W. Bush dirá adiós a la presidencia el 20 de enero, ensombrecido por una altísima impopularidad y una de las crisis económicas más importantes de las últimas décadas.
Washington (EFE).- El mandato del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, entra en sus últimos cien días, ensombrecido por una altísima impopularidad y una de las crisis económicas más importantes de las últimas décadas.

“Parece que voy a tener mucho trabajo que hacer de ahora hasta que el nuevo mandatario asuma el cargo”, reconocía esta misma semana el presidente.

Desde el pasado 15 de setiembre, cuando la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers agudizó una crisis económica que ya se forjaba en el horizonte, Bush, que se había mantenido hasta entonces en un distante segundo plano político, ha multiplicado sus comparecencias públicas sobre la situación financiera.

El sábado se reunió con los ministros de Finanzas del G7 -los siete países más ricos: Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Italia, Alemania y Francia- y del G20, las principales economías avanzadas y en desarrollo.

Su renovada actividad no le ha hecho más popular: las encuestas le dan apenas un 24 por ciento de aceptación, un nivel equivalente al que tenía Richard Nixon al dimitir por el escándalo Watergate.

Bush, que en el último mes ha hablado casi a diario en público sobre la economía, tiene previsto continuar en los próximos días con sus intervenciones y sus contactos con los líderes internacionales para intentar hacer frente a la crisis.

Su misión también comprende poner en marcha el plan de rescate del sistema financiero valorado en 700 mil millones de dólares, la piedra angular de sus medidas para atajar la debacle.

Si se confirma la iniciativa propuesta por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, Bush deberá 
participar en una cumbre extraordinaria del G8 (el G7 más Rusia) sobre la crisis económica.

Además, el mes próximo tiene prevista una visita a Perú para participar en la cumbre anual del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en el que será su último viaje a América Latina.

No debe descartarse tampoco una última escapada a Iraq, el país que, más que ningún otro asunto, definirá su legado.

En política exterior le quedan aún por completar un buen número de temas, aunque le resta escaso tiempo para lograrlo.

Está ya claro que dejará pendiente a su sucesor, sea el demócrata Barack Obama o el republicano John McCain, el futuro de las guerras en Iraq y Afganistán.

A dos meses y medio de que expire el año -y con él el mandato de la ONU que legaliza la presencia de las tropas estadounidenses en Iraq-, aún no ha logrado resolver las negociaciones con el Gobierno en Bagdad sobre el futuro de ese contingente, de 140 mil efectivos en la actualidad.

También están pendientes las conversaciones de paz en Oriente Medio, donde el año pasado se comprometió a lograr un acuerdo para antes del final de su mandato.

Las perspectivas son más que complicadas, en especial desde que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, dimitió por un escándalo de corrupción, ya que eso ha estancado aún más unas conversaciones de paz que este año ya habían logrado de por sí mínimos progresos.

Tampoco parece probable que logre la aprobación en el Congreso de los tratados de libre comercio pendientes con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Sí ha logrado el mandatario uno de sus principales objetivos, la entrada en vigor del acuerdo de cooperación nuclear civil con la India, suscrito finalmente el pasado viernes tras un proceso que se prolongó por tres años.

El 20 de enero, Bush dirá definitivamente adiós.

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Fuente: ABC.es