Ex fiscal pide juicio por "asesino"
Por Laszlo Trankovits (dpa)
Washington, (dpa) - El presidente George W. Bush dejará la Casa Blanca
el 20 de enero. Pocas veces en la historia de Estados Unidos un
mandatario fue tan poco popular al final de su mandato como el
republicano de Texas, a quien sus críticos responsabilizan de polémicas
guerras, tortura, de ignorar los derechos civiles, de un déficit explosivo del
Estado y ahora una grave crisis financiera.
En Estados Unidos hay quienes quieren que responda por estas cuestiones
al término de su mandato, y uno de ellos es el ex fiscal Vincent Bugliosi,
quien en su libro "El procesamiento de George W. Bush por asesinato"
reclama nada menos que un juicio en su contra.
Desde hace años hay intentos de llevar adelante contra Bush un proceso
de destitución ("impeachment"). Muchos demócratas apoyaban la idea,
pero a la vez les asustaba la posibilidad de que, en caso de tener éxito,
quedara al mando del país el vicepresidente neoconservador Dick Cheney.
Por otro lado, pese a los cuestionamientos por los argumentos falsos
usados para la guerra en Irak, no se ha podido probar claramente que
Bush haya mentido. Él y su gobierno se limitaron a aprovechar fuentes
cuestionables, ignoraron ciertos hechos y diseñaron una imagen que no
tenía relación con la realidad.
Bugliosi no quiere sin embargo que Bush salga impune. Por eso impulsa un
proceso contra el presidente en su libro, escrito muchas veces de forma
muy emocional, porque cree que es responsable de la muerte de 4.000
estadounidenses y decenas de miles de civiles iraquíes.
Bush declaró la guerra sobre la base de hechos falsos -la existencia de
armas de destrucción masiva y una relación entre Saddam Hussein y la
organización terrorista Al Qaida- y cometió así "el mayor crimen en la
historia estadounidense", según la tesis del jurista.
Si hubo un proceso de destitución contra un presidente como Bill Clinton
porque tuvo una aventura sexual, "¿qué debemos hacer cuando un
mandatario lleva a su país a la guerra sobre la base de una mentira?"
Bugliosi, de 74 años, está orgulloso de haber ganado como fiscal 105 de
106 casos. Con su libro cumple una misión política: quiere aumentar el
riesgo legal para los futuros presidentes de comenzar una guerra.
Hace poco se sumó a la gesta de Bugliosi un personaje conocido: la
candidata para la fiscalía general del estado de Vermont Charlotte Dennett.
Si es elegida el 4 de noviembre, ha dicho que demandará a Bush por la
guerra de Irak. Pero la dirigente de 61 años del izquierdista Partido
Progresista no tiene chances de imponerse. Los juristas dudan además
que cuente realmente con una base legal para actuar contra Bush.
También entre los conservadores hay muchos que creen que la amenaza
iraquí trazada por Bush en 2002 no era real. En el "Washington Times", el
experto constitucionalista Bruce Fein cita una conversación clave entre el
jefe de la fracción republicana de aquel momento en la Cámara de
Representantes, Richard Armey, y Cheney. Armey era muy escéptico
acerca de la guerra, porque no consideraba a Irak una amenaza.
Cheney le dijo de forma reservada que el país árabe estaba a punto de
conseguir mini-bombas atómicas portátiles. Y que Saddam colaboraba con
Al Qaida. Así convenció a Armey, pese a que las fos afirmaciones
resultaron luego ser falsas. Fein cree que un comité del Congreso debería
estudiar si es verdad que esa conversación transcurrió así, porque
entonces Bush y Chenet deberían ser demandados.
Por Laszlo Trankovits (dpa)
Washington, (dpa) - El presidente George W. Bush dejará la Casa Blanca
el 20 de enero. Pocas veces en la historia de Estados Unidos un
mandatario fue tan poco popular al final de su mandato como el
republicano de Texas, a quien sus críticos responsabilizan de polémicas
guerras, tortura, de ignorar los derechos civiles, de un déficit explosivo del
Estado y ahora una grave crisis financiera.
En Estados Unidos hay quienes quieren que responda por estas cuestiones
al término de su mandato, y uno de ellos es el ex fiscal Vincent Bugliosi,
quien en su libro "El procesamiento de George W. Bush por asesinato"
reclama nada menos que un juicio en su contra.
Desde hace años hay intentos de llevar adelante contra Bush un proceso
de destitución ("impeachment"). Muchos demócratas apoyaban la idea,
pero a la vez les asustaba la posibilidad de que, en caso de tener éxito,
quedara al mando del país el vicepresidente neoconservador Dick Cheney.
Por otro lado, pese a los cuestionamientos por los argumentos falsos
usados para la guerra en Irak, no se ha podido probar claramente que
Bush haya mentido. Él y su gobierno se limitaron a aprovechar fuentes
cuestionables, ignoraron ciertos hechos y diseñaron una imagen que no
tenía relación con la realidad.
Bugliosi no quiere sin embargo que Bush salga impune. Por eso impulsa un
proceso contra el presidente en su libro, escrito muchas veces de forma
muy emocional, porque cree que es responsable de la muerte de 4.000
estadounidenses y decenas de miles de civiles iraquíes.
Bush declaró la guerra sobre la base de hechos falsos -la existencia de
armas de destrucción masiva y una relación entre Saddam Hussein y la
organización terrorista Al Qaida- y cometió así "el mayor crimen en la
historia estadounidense", según la tesis del jurista.
Si hubo un proceso de destitución contra un presidente como Bill Clinton
porque tuvo una aventura sexual, "¿qué debemos hacer cuando un
mandatario lleva a su país a la guerra sobre la base de una mentira?"
Bugliosi, de 74 años, está orgulloso de haber ganado como fiscal 105 de
106 casos. Con su libro cumple una misión política: quiere aumentar el
riesgo legal para los futuros presidentes de comenzar una guerra.
Hace poco se sumó a la gesta de Bugliosi un personaje conocido: la
candidata para la fiscalía general del estado de Vermont Charlotte Dennett.
Si es elegida el 4 de noviembre, ha dicho que demandará a Bush por la
guerra de Irak. Pero la dirigente de 61 años del izquierdista Partido
Progresista no tiene chances de imponerse. Los juristas dudan además
que cuente realmente con una base legal para actuar contra Bush.
También entre los conservadores hay muchos que creen que la amenaza
iraquí trazada por Bush en 2002 no era real. En el "Washington Times", el
experto constitucionalista Bruce Fein cita una conversación clave entre el
jefe de la fracción republicana de aquel momento en la Cámara de
Representantes, Richard Armey, y Cheney. Armey era muy escéptico
acerca de la guerra, porque no consideraba a Irak una amenaza.
Cheney le dijo de forma reservada que el país árabe estaba a punto de
conseguir mini-bombas atómicas portátiles. Y que Saddam colaboraba con
Al Qaida. Así convenció a Armey, pese a que las fos afirmaciones
resultaron luego ser falsas. Fein cree que un comité del Congreso debería
estudiar si es verdad que esa conversación transcurrió así, porque
entonces Bush y Chenet deberían ser demandados.