Los sondeos son cada vez más favorable al candidato demócrata. La última encuesta delWashington Post asegura que por primera vez Barack Obama aventaja a su rival republicano, John McCain, en diez puntos, una diferencia, que, a tres semanas de las elecciones, parece muy difícil de remontar.
La economía y los debates han ayudado a cimentar el avance. El sondeo del Post, que da a Obama 53% de las intenciones de voto, frente a 43% para McCain se hizo poco después del segundo enfrentamiento televisivo entre los dos aspirantes. Un tercio de los encuestados aseguró haber mejorado su opinión después de ver al senador por Illinois intercambiar argumentos con su homólogo de Arizona.
La crisis también ayuda a los demócratas. De los entrevistados, 62% dio a Obama notas favorables en el tema económico, comparado con 33% para McCain. La campaña cada vez más negativa a ambos lados del espectro político para haber perjudicado especialmente al candidato conservador.
A estas alturas de la carrera, y aunque lo realmente importante son los votos por estado no las cifras nacionales, la ventaja parece casi imbatible. Por estas mismas fechas en 1992, Bill Clinton tenía 19 puntos de ventaja sobre George Bush padre, que al final se quedaron en 6.
El margen de maniobra se está agotando. El sondeo del Post asegura que sólo quedan 13% de indecisos, comparados con 25 hace tan sólo unos meses. Associated Press divide a los independientes a partes casi iguales (44% para Obama; 41% para McCain).
McCain ya sólo tiene un debate para cambiar las cosas, el que se celebra mañana en la Universidad de Hofstra en Long Island, cerca de Nueva York.
Obama pidió ayer medidas para proteger a las personas que ya no pueden pagar sus hipotecas. La crisis de la vivienda ha provocado situaciones dramáticas. La semana pasada muchos diarios recogían la negativa de un sheriff de Chicago de seguir expulsando de sus hogares a los que se habían quedado atrás en las facturas.
"No vamos a seguir siendo parte de algo tan injusto", dijo el sheriff de Cook County, Tom Dart, al asegurar que en la mayoría de los casos se trataban de familias medias que ni siquiera sabían que se les había acabado el plazo.
Historias como esta y las noticias cada vez más alarmantes sobre el deterioro de la situación económica son las que han alimentado la popularidad de Obama.