Ahora el presidente electo Barack Obama tendrá que pasar de las promesas a los hechos. El reto que tiene por delante es unaeconomía al borde de la recesión, con el paro disparándose mes a mes, la confianza económica por los suelos, un sistema financiero descapitalizado y en herencia un plan de rescate de 700.000 millones de dólares cuyo efecto está todavía por ver.
El gestor de fondos de Newton Investment Management, Simon Laing, opina que Obama centrará su esfuerzos en reanimar la maltrecha economía estadounidense. “Esto significa que las reformas políticas más generales serán dejadas de lado y la prioridad en los dos próximos años serán los planes de revitalización económicos”, explica Laing.
Uno de los compromisos principales fue destinar 175.000 millones de operación de salvamento de la Administración Bush a las familias hipotecadas para aplazar los embargos inmobiliarios y flexibilizar las letras mensuales.
El próximo año los analistas esperan que el nuevo presidente plantee importantes reformas fiscales. No obstante, Obama ha diseñado un paquete de medidas que asciende a 80.000 millones dólares para liberar de cargas impositivas de las clases menos pudientes. El equipo de Obama levará acabo una reducción del 95% de los impuestos para los trabajadores que ganen menos 250.000 millones anuales, exención total para aquello que superen los 50 años y pocos ingresos, y créditos blandos para las familias que se encuentren en apuros.
El jefe de renta variable de EEUU de Threadneedle, Cormac Weldon, cree que la política fiscal cambiará de forma radical el próximo año, pero “ el deficit presupuestario está tan deteriorado que las opciones de Obama son limitadas sin subidas de impuestos para otros sectores de la sociedad”.
La creación de empleo será otra de las prioridades de Obama. Una de las recetas estrellas es la bonificación con 3.000 dólares por cada puesto de trabajo creado. El compromiso es la creación de dos millones de empleos con el apoyo de fuertes inversiones en infraestructuras. La holgada victoría de los demócratas permitirá al Gobierno entrante en la Casa Blanca tomar medidas con mayor libertad sin contar con la oposición del partido republicano.
Weldon vaticina que en el corto plazo que la política monetaria no se saldrá del guión previsto en la actualidad, manteniendo los tipos de interés alrededor del 1%. Al igual que la aplicación del plan de salvamento financiero.
Para la segunda parte de la legislatura se espera las decisiones de política más general como launiversalización de la sanidad, donde se verán beneficiadas las compañías productoras de medicamentos genéricos, en perjuicio de laboratorios.
La apuesta clara de Obama para detener el cambio climático con el fomento de energía renovables lo está esperando el sector con los brazos abiertos. Todavía sin ninguna propuesta definida las compañías esperan leyes que les favorezcan.