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Lunes 28 de Junio de 2010 10:41 FRNP
Compañeros y compañeras.
Cuando la oligarquía hondureña dio el golpe de Estado, el 28 de junio el año pasado, jamás imaginó que enfrentaría una de las muestras de valor y dignidad más importante en la historia de nuestra patria grande latinoamericana. El pueblo hondureño se movilizó desde el mismo momento en que se enteró del acto traidor, planeado y ejecutado por el imperialismo y la oligarquía hondureña, y desde entonces no ha cesado ni un instante en organizarse y movilizarse para reclamar su derecho a transformar su presente y ser dueño de su futuro.
Honduras es hoy el escenario de esa batalla entre lo viejo y lo nuevo; entre la dominación y la libertad. Aquí se enfrentan las huestes criminales del fascismo internacional, los partidos de derecha, las iglesias al servicio de los oligarcas y los gobiernos serviles al imperio contra las organizaciones populares de base, las fuerzas políticas progresistas y democráticas, los sectores sociales históricamente oprimidos y la solidaridad desinteresada de otros pueblos hermanos.La Resistencia, es la expresión genuina de esa conjunción de fuerzas revolucionarias que ha hecho fracasar los planes del imperio norteamericano, la derecha internacional y la oligarquía local, se ha convertido en un sujeto social y político, que confunde a los cuerpos de inteligencia y se vuelve incomprensible para una oligarquía que no es capaz de entender, desde sus esquemas morales y su lógica neoliberal, la combinación de sacrificio y esperanza con la que el pueblo enfrenta la represión, el totalitarismo y el engaño, con una visión de un futuro de progreso y bienestar para todos y todas.
El golpe de Estado militar fue un desesperado recurso de la oligarquía frente el inicio de un proceso de transformación que estaba siendo interpretado y canalizado a través del gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales, que a pesar de haber llegado al poder dentro del esquema definido para preservar los intereses económicos de los pudientes, supo dar un giro a las políticas económicas, sociales, y hacer un ejercicio legitimo de soberanía nacional e internacional colocando al Estado al lado de los pobres y a favor de las transformaciones.
Mel Zelaya asumió la conducción de un gobierno en medio de una grave crisis social, un bipartidismo moribundo, un movimiento popular en ascenso y un nuevo escenario internacional signado por una Latinoamérica en procesos profundos de cambios económicos, políticos y sociales. Aún en ese marco, el Presidente Zelaya asumió un compromiso social, demostró mucho valor y audacia para enfrentar a una oligarquía parasitaria, corrupta y criminal que desde Francisco Morazán, no había visto cuestionado su sistema de privilegios. Lo que comenzó como el intento de pequeñas reformas para fortalecer el aparato productivo nacional y frenar las privatizaciones de los últimos servicios públicos y recursos que todavía le quedaban al Estado, fue evolucionando hasta el compromiso por la transformación estructural del Estado y la sociedad, a través de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente.
La situación de la oligarquía es desesperada, los poderes del Estado que utilizan están a punto de colapsar ante una aguda crisis fiscal y financiera que podría convertirse en una bancarrota total, tampoco son capaces de lograr el reconocimiento internacional con el que lograría créditos que oxigenarían la grave crisis económica generada por el golpe de Estado y el enorme saqueo de los funcionarios que asumieron cargos en el régimen de facto, el mundo los reconoce como violadores de derechos humanos denunciados ante la Corte Penal Internacional, en resumen se puede asegurar que están condenados a fracasar.
La Resistencia se fortalece, aumenta sus capacidades de organización y articulación a nivel nacional, se preocupa por garantizar mecanismos de democracia interna que permitan mantener la unidad dentro de la diversidad ideológica y se atreve a soñar con una nueva sociedad justa equitativa e incluyente, para lograrlo la estrategia del FNRP está claramente definida, las hondureñas y los hondureños nos convocaremos a una Asamblea Nacional Constituyente, Democrática y Popular con la que refundaremos el Estado y la Sociedad.
De especial consideración es recordar y honrar la memoria de nuestros compañeros y compañeras asesinados y torturados por la fuerza de terror, el aparato represivo del estado al servicio de la oligarquía y el Pentágono Norteamericano, por ellos y ellas, que ofrendaron su vida para construir una sociedad justa y equitativa, reafirmamos que aquí no se rinde nadie hasta hacer realidad las justas aspiraciones del pueblo hondureño, por ellos y ellas manifestamos nuestro total apoyo a la Comisión de Verdad instalada a instancias de la Plataforma de Derechos Humanos. Confiamos en que con su trabajo lograremos conocer los hechos y enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de las torturas, de los asesinatos, de las múltiples violaciones, de la represión, y otros vejámenes que fuimos objeto como pueblo.
Exigimos el retorno de nuestros compañeros y compañeras que se encuentran en el destierro por persecución política de la oligarquía golpista utilizando las instituciones públicas
Con relación a esta crisis política, económica y social provocada por la oligarquía para sostener este sistema injusto, inequitativo, establecemos como ruta para lograr las transformaciones sociales la siguiente:
1.- Debemos intensificar el proceso para lograr la Asamblea Nacional Constituyente, integrada por diputados y diputadas constituyentes que surjan de los sectores sociales, obreros, etnias, afro descendientes, pobladores, mujeres, campesinos, profesionales, jóvenes, conformando una autentica representación del pueblo hondureño, para lo que necesitamos continuar fortaleciendo los aspectos organizativo desde la base hasta la estructura nacional, la capacitación propiciando en asambleas abiertas participativas la discusión de los contenidos que debe tener el nuevo pacto social en un marco de refundación de un Estado Social Soberano Laico y Democrático comprometido con el progreso y el bienestar del pueblo hondureño, lo que inevitablemente pasa por desmontar la estructura oligárquica golpista y el desmantelamiento de su aparato represivo y criminal.
2.- Rescatar los recursos naturales anulando las concesiones ilegales otorgadas bajo el modelo neo liberal y los sectores estratégicos en la vida económica del país, como las telecomunicaciones, energía, agua, bosques, puertos, minería e hidrocarburos, aeropuertos con la implementación de una economía mixta que permita la participación del pueblo, con una distribución equitativa de la riqueza para satisfacer las justas aspiraciones y demandas del pueblo por una condición de vida digna, por que para lograr el progreso y bienestar del pueblo hondureño se requiere que los recursos nacionales se utilicen para propósitos nacionales, en ese orden de ideas rechazamos las medidas neoliberales tomadas por el régimen oligárquico golpista de Porfirio Lobo Sosa en donde ataca al pueblo hondureño con paquetazos, privatizaciones, imponiendo cargas tributarias, encarecimiento de los servicios públicos, descargando el costo del saqueo y corrupción del golpe de estado militar principalmente en la clase media y los sectores populares, a quienes llamamos a continuar con un mayor nivel de compromiso en esta lucha patriótica, pacífica, democrática que constituye la razón de la existencia del FNRP.
3.- Hacemos un llamado de alerta al pueblo hondureño para organizarse en los caseríos, aldeas, barrios, colonias, municipios, departamentos en frentes de resistencia, y a las organizaciones sociales, sindicatos, federaciones, empresas campesinas, gremios profesionales a que intensifiquen el trabajo de fortalecimiento de la organización, ya que como consecuencia del fracaso de las acciones tomadas por la oligarquía para detener el proceso de transformación social a través del golpe de estado militar del 28 de junio del 2009, de las elecciones ilegitimas, violentas y militarizadas del 29 noviembre del pasado año, la continuación del régimen oligárquico golpista por medio del señor Porfirio Lobo Sosa, no han podido con sus decisiones resolver la crisis económica, política, social; todo lo contrario se ha agudizado la misma, por lo que en su desesperación la oligarquía golpista para sostener sus privilegios prepara una ofensiva violenta y criminal, apoyados por la ultra derecha norteamericana y latinoamericana y de esta manera intentan nuevamente detener el proceso social de transformación que impulsa el pueblo hondureño, con su desarrollo organizativo, con claridad y fortaleza en las líneas políticas, con el liderazgo de José Manuel Zelaya Rosales que reclamamos su retorno incondicional y el pueblo digno de Morazán continua avanzando incorporado en el FNRP hasta alcanzar la victoria final.
Honduras C.A. 28 Junio 2010.
¡POR LA MEMORIA DE NUESTROS MARTIRES CAIDOS EN LA LUCHA!
¡POR UNA SOCIEDAD JUSTA Y LA REFUNDACION DEL ESTADO DE HONDURAS!
¡POR LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE!
¡RESISTIMOS Y VENCEREMOS!
¡VIVA EL FNRP!